Delante van chiquillos mil, con miedo atroz, dicen aquí y un cabezón viene detrás dando vergazos y haciendo gritar RIAU-RIAU.
Y que me decís de los kilikis... ¡Qué tendrán!. Más de una centena de años y siguen impresionando cada día en Pamplona a propios y extraños. Debajo de cada cabezota de cartón piedra está un Pamplonés anónimo, una persona que nadie identifica y a nadie le importa (salvo a su familia) y sin embargo esa persona y esa cabeza hacen que cobre vida El Caravinagre, El Patata, El Coletas, Napoleón, El Barbas, El Verrugas...
Yo de pequeño me cacaba de miedo al verlos, luego corría delante de ellos y les pegaba por detrás y cuando me hice mayor sigo impresionándome cuando les veo. Cuando Caravinagre viene de frente y le miro sigo con la incertidumbre de si me dará o no. Enfín único !!...
El loco de la colina
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